Cuando Ángela* pidió ayuda de una coach para entender por qué se sentía tan mal emocionalmente, descubrió que había seguido un patrón con sus parejas. Eran personas que pensaban solo en sí mismas, se mostraban como las mejores en lo que hacían, querían controlarlo todo y la criticaban constantemente. Descubrió que elegía a personas con un trastorno de personalidad narcisista.
