Prohibido a los presos usar ropa “de color negro, azul oscuro o similar”. Los cerca de 50.000 reclusos que hay actualmente en los centros penitenciarios dependientes del Ministerio del Interior tendrán que dejar de usar en las próximas semanas cualquier prenda de estas tonalidades que tengan en las celdas. La Secretaría General de Instituciones Penitenciarias esgrime para ello razones de seguridad, ya que los nuevos uniformes que los funcionarios de Prisiones empezaron a utilizar el pasado 1 de diciembre son, precisamente, de estos colores y si la vestimenta de los presos tienen las misma tonalidad “pueden confundirse”, con los riesgos que ello puede provocar. La orden está siendo difundida en los últimos días por los directores de los centros penitenciarios, según documentos internos a los que ha tenido acceso EL PAÍS.
