Que Pedro Sánchez se reuniera con Carles Puigdemont en Waterloo pondría de relieve la hipocresía de la derecha frente al independentismo. Y es que sería curioso que el Partido Popular se escandalizase por el encuentro calificando a Puigdemont de “prófugo”, tras varias semanas de entendimiento con Junts el Congreso. Alberto Núñez Feijóo está hoy cautivo de su estrategia de desgaste del Gobierno, pero para Sánchez, en cambio, el coste de una eventual cita con Puigdemont nunca ha sido tan bajo como ahora.
